¿Cómo sería el mundo si los reyes fueran reinas y los presidentes, presidentas? ¿Cómo sería el mundo si las mujeres tuvieran todo el poder? ¿Si fueran las presidentas de los países, los alcaldes de los gobiernos, o si todos los astronautas en el espacio fueran también mujeres? ¿Si todos los médicos fueran hembras, y todos los abogados y los jueces, abogadas y juezas?

Si los reyes fueran reinas y los presidentes, presidentas, habría más cariño en el mundo. Habría más compasión y cuidado por el otro. La mujer es evidentemente y innatamente cariñosa. Su biología de que está hecha, está conformada para que tenga hijos, para que los cuide, para que los alimente, para que los quiera. La mujer en poder también tendría una familia. Si no una familia propia y biológica, su ciencia le obligaría que el pueblo sobre el que gobernaría, fuese su familia. Como a un niño que creció en su vientre cuya primera comida era la lecha del seno de su madre y cuya mano siempre estaba recogida con la suave seguridad de la de su madre, esta madre, esta reina, esta presidenta, esta mujer en poder nutriría al pueblo.

Si los reyes fueran reinas y los presidentes, presidentas, habría menos deseo. No menos del deseo bueno, como el deseo entre una pareja o el deseo que la familia crezca bien, o el deseo de ponerse a ayudar en las tragedias en el mundo, pero menos deseo del poder. Si las mujeres lograran poseer todo el poder en el mundo, simplemente el tenerlo sería suficiente, y en diferencia a los hombres, no habría otra cosa que desearan más. El reconocimiento de su poder como una ser y reconocimiento de su capacidad como una ser, DORMANT y esperando desde el principio del tiempo, serían suficientes.

“Si los reyes fueran reinas y los presidentes, presidentas”….canta el grupo musical estadounidense, Vitamen C. Tiene una canción con el título de esta pregunta: “Si mujeres controlaran el mundo,” una canción cuya letra se murmullo entre los labios de chicas pequeñas en el coche con sus madres, en camino a hacer la compra del día. Ríen y no piensan que esto no pueda ocurrir, mirando a sus madres con orgullo en el espejo retrovisor, aspirando a hacerse exactamente como ella un día. También se canta, más bien se grita esta letra, durante una noche con amigas adolescentes llevando camisetas con pelotas o nadadoras que exclaman: “Girlz Rule!” después de un día ocupado de ambos entrenamientos: la clase de ballet y el de fútbol. Pero ¿piensan que puede pasar realmente? Si lo crean o no, siempre lo piensan. Piensan en el mundo que existiría si las mujeres lo gobernaran.